La asociación entre Semana Santa y El Rinconcillo es indiscutible, empezando por las sempiternas espinacas con garbanzos y las pavías, y terminando por su buena ubicación para disfrutar del discurrir de muchas hermandades y cofradías sevillanas.
Cierto es que en El Rinconcillo el espíritu cofrade está presente durante todo el año. No hay más que nombrar a la Tertulia Cofrade que lleva este mismo nombre, que tiene en nuestro salón de reuniones su lugar de encuentro habitual. Y también de celebraciones, como el reciente anuncio del cartel de la Semana Santa de este año.
En esta ocasión, y como casi todos sabréis a estas alturas, la imagen elegida no es otra que la instantánea capturada por Manuel Agüera del paso María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso por el Arco del Postigo. Es la primera vez que Manuel pone imagen al sentimiento cofrade de esta tertulia, a la que se suman muchos corrillos improvisados que surgen a lo largo del año, y más aún en estas fechas, al calor de la barra, los barriles y los aparadores.
Quizá la muestra más gráfica la tenemos en la vitrina del salón de la planta baja. No las hemos contado, pero son decenas las estampas de imágenes religiosas que habitan en los cristales, tantas que ya no se atisba ni lo que hay dentro… Y todas, sin excepción, han sido dejadas por la clientela en sus visitas a El Rinconcillo, posiblemente, en días de Semana Santa.
Y es que, como decíamos más arriba, podríamos afirmar que El Rinconcillo es un paso más en la Semana de Pasión sevillana como innegable es su inmejorable ubicación para contemplar el paso de La Cena, la tarde del Domingo de Ramos, tras su salida de la iglesia de Los Terceros; o, ya el Jueves Santo, el caminar de La Exaltación.
Tampoco es mala opción para hacer un alto en el camino en el itinerario que comprenden las plazas Ponce de León y del Duque, por donde discurren multitud de cofradías desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección: La Borriquita, Santa Marta, La Candelaria, La Sed, Los Negritos, Los Gitanos, La Mortaja, Los Servitas o El Resucitado, por citar algunas.
Además, este año tenemos el reencuentro de La Exaltación con nuestra vecina Santa Catalina, tras su regreso al templo el pasado 24 de noviembre; y el de La Cena con Los Terceros.
Sea el día (y casi la hora) que sean, nuestras puertas estarán abiertas para reconfortar el estómago, porque la Semana Santa de Sevilla también se vive en sus bares en compañía de los amigos. No nos faltan los platos marcados por el calendario cofrade: el bacalao con tomate, las espinacas con garbanzos o el pavía de bacalao, imprescindibles en nuestra carta; y otros que se suman como sugerencias del día en Cuaresma: los garbanzos con bacalao, las fabes con almejas, los garbanzos con colas de langostinos o la ensalada de bacalao y naranja. Y, cómo no, las torrijas y los pestiños, que ponen el punto dulce y final a esta “penitencia” que solo puede quedar absuelta con un paseo para encontrar otro punto estratégico de paso de hermandades.