La gastronomía une pueblos. Pues bien, en el español, y más en particular en el andaluz, seguimos saboreando los productos y las mezclas de ingredientes que un día vinieron con los pueblos que nos conquistaron. Sin duda, los ocho siglos de dominación musulmana nos dejaron el más vasto legado en este sentido y hoy día podemos decir que la actual cocina andaluza no se entiende sin los productos o recetas aportadas por esta herencia islámica.
Y, cómo no, en El Rinconcillo somos grandes practicantes de este acervo culinario que, en muchos casos, ha ido derivando en otros platos que ya son parientes (aunque no muy lejanos) de los originarios.
Es así, comemos historia pura y es grato pensar que el estómago no entiende de prejuicios culturales. Así se ha demostrado a lo largo de los siglos y lo seguimos viendo hoy día a través de la cantidad de turistas extranjeros que, apoyados en la barra, en los barriles o sentados en las mesas, sorprenden a su paladar (para bien) con mezclas tan inusuales para ellos como las espinacas con garbanzos.
En El Rinconcillo nos gusta hacer gala de esta mezcolanza y en nuestra carta se dan cita platos de ambas cocinas, andaluza y mozárabe, junto con otra serie de recetas de verduras, pescados, carnes, etc. que también han sido traídas al presente desde recetarios de nuestros antepasados.
Podríamos decir, además, que esta miscelánea se refleja también en nuestra decoración que, lejos de ser el resultado de un concienzudo trabajo de interiorismo, no es sino el fruto de los más de tres siglos de actividad del establecimiento. En fin, diversidad y autenticidad en todos los sentidos…