Sencillas o más elaboradas, frías o calientes, livianas o contundentes… El arte de la tapa se aplica con destreza y maestría en Sevilla; incluso, podríamos decir que es una religión con muchos fieles, más que ninguna otra. Y es que el tapeo, como nos gusta decir aquí, trasciende el mero hecho de comer y beber para convertirse en un acto social de reunión entre amigos y familiares. ¿Y qué hay mejor que reunirte con quienes más quieres para disfrutar de su compañía y conversación en torno a un buen surtido de tapas?
Suponemos que sobre esta pregunta habrá escasas discrepancias, pero donde sí las hay es en el origen de la tapa, aunque parece que la versión más extendida es la que tiene como protagonista a Alfonso XIII en una visita a Cádiz, que repasamos brevemente por si alguien no conoce la historia. Pues resulta que el monarca hizo parada en el Ventorrillo del Chato, venta entre Cádiz y San Fernando, y pidió una copa de Jerez. Para evitar que, por el aire que se levantó, entrara arena de playa en el catavino, un camarero espabilado lo cubrió con una loncha de jamón.
Alfonso XIII se comió la loncha de jamón y pidió otro Jerez “con otra tapa igual”, lo que despertó la risa de los presentes, que pidieron lo mismo que el rey.
Desde entonces, es evidente que la tapa ha evolucionado hasta niveles extraordinarios, pasando de las lonchas de chacinas (que aún se conservan) a “platos” que son el resultado de elaboraciones nada fáciles. Y no solo eso, sino que se le ha encumbrado como protagonista de ferias, rutas, concursos, etc.
No es para menos… Las tapas te permiten probar variedad de recetas en una sola sentada, algunas son rápidas de hacer, son más ligeras que un plato de comida y su precio también es menor… Todo son ventajas.
En Sevilla tenemos algunas que son referentes, como la carrillada, las croquetas con masas de todo tipo, el cazón en adobo, la tortilla de patatas… y un largo etcétera. Y los clientes de El Rinconcillo parece que también tienen sus predilectas: las espinacas con garbanzos, las pavías de bacalao, la citada carrillada, el solomillo o el bacalao a la roteña son las estrellas de la carta, aunque a diario incluimos tres nuevas sugerencias en la carta para que la variedad sea una constante en nuestra oferta culinaria y no dejes de degustar nuevas recetas.
En fin, poco más hay que añadir… Que viva Alfonso XIII, las tapas y el noble arte del tapeo.