El jamón ibérico, producto estrella de la gastronomía española, es un manjar que requiere de un buen tratamiento para degustarlo en las mejores condiciones. En El Rinconcillo sabemos que un buen corte es primordial; así, hoy día, cortar jamón ibérico es considerado todo un arte.
Aquí lo hacemos a nuestra manera, pero siempre respetando los preceptos básicos: lonchas finas, de tamaño medio y con un poco de grasa intramuscular para que el bocado sea mucho más sabroso, aunque luego veremos que hay gustos para todo. En cualquier caso, lo que sí está claro es que un mal corte, más grueso de la cuenta, demasiado grande o con más cantidad de grasa puede, además de estropear las sensaciones del paladar, destrozar la materia prima.
Y es que el corte determinará la degustación de un buen jamón ibérico, ya que permite captar mejor el sabor y los matices de aroma de este producto gourmet.
No es solo cuestión de técnica, sino también de estética; pero, además, el secreto también reside en el cuchillo, que debe ser largo, delgado y flexible.
No obstante, en El Rinconcillo hacemos el corte de jamón a nuestra manera; un “método” que no deja de sorprender a quienes nos visitan, sean nacionales o extranjeros, que echan en falta una herramienta que, en principio, puede parecer indispensable: el jamonero.
En El Rinconcillo ya es tradición cortar el jamón sin jamonero, pero con destreza y pulso. De este modo, aprovechamos mejor el producto y satisfacemos el paladar del cliente porque, como apunta Javier de Rueda, uno de los propietarios, “a todo el mundo no le gusta el jamón de la misma zona”. Por lo general, “los extranjeros lo prefieren con menos grasita”, mientras que aquí lo habitual es dejar algo de grasa intramuscular, que potencia el sabor. Así, con “un giro de muñeca”, se consiguen tres posiciones diferentes para cortar.
Sea como sea, cualquier zona es buena para saborear esta delicia que llega a El Rinconcillo desde las dehesas de Huelva y Extremadura, ¿o no?