Es incuestionable. En Sevilla nada es comparable a la Feria de Abril, al margen de la Semana Santa; como también lo es el hecho de que el ambiente de estos días se concentra en el Real de la Feria. Pero, como en toda celebración, la gastronomía juega un papel esencial porque, al fin y al cabo, comer, beber y bailar es lo que se hace en la Feria, y en El Rinconcillo de comer, sabemos un poco o eso dicen…
La Feria sabe a pescaíto frito, chacinas, montaditos, gambas, langostinos, ensaladilla, salmorejo, aliños fresquitos… Platos que también puedes encontrar fuera de ella. ¿Y si haces de El Rinconcillo tu primera parada antes de llegar al Real? Sin duda es una buena opción para muchos de los visitantes que llegan estos días a la ciudad atraídos por esta fiesta (y acontecimiento turístico), la mayoría de los cuales se alojan en los establecimientos hoteleros del centro histórico. También lo es para quienes prefieren comer más tranquilamente, sin las aglomeraciones propias de las casetas.
Además, esta opción de ir a la Feria almorzados o cenados cobra aún más sentido si cuentas con la posibilidad de degustar las mismas viandas en un picoteo entre amigos con, incluso, la manzanilla, el vino fino o el famoso rebujito. Todo eso (y más) lo tienes en El Rinconcillo.
Y después de llenar el estómago, solo queda enfilar el camino hacia el Real con la energía suficiente para disfrutar de su ambiente, las calles, la gente, las casetas, las sevillanas… hasta que el cuerpo aguante.
Como diría el Pali, “Vámonos pa’ la feria, cariño mío”.