Calles empedradas, casas de otra época, tabernas detenidas en el tiempo y varias iglesias que bien merecen una visita. Pasear por la zona de Santa Catalina es una placer para todos los sentidos… En El Rinconcillo y demás establecimientos hosteleros nos encargamos de algunos, mientras que, como decimos, la arquitectura eclesial que salpica el barrio se encarga del resto y, cómo no, de alimentar el espíritu.
Ya sea para hacer hambre o para bajar la comida tras unas tapas en la barra (barriles, aparadores o mesas) o un almuerzo reposado en los salones de la planta alta, os recomendamos dar un paseo y conocer (quien aún no lo haya hecho) algunos de los templos más señeros de Sevilla. ¿Te vienes?
Comenzamos el recorrido por la iglesia de Los Terceros, sede de la Hermandad de La Cena, fundada a finales del siglo XVII por la Orden Tercera de San Francisco. En el número 10 de la calle Sol se levanta la fachada principal de esta iglesia, decorada con varias esculturas realizadas en barro cocido, a muchas de las cuales les faltan manos y hasta brazos completos. De ahí que también se la conozca como “la iglesia de los mancos”.
En la plaza del Cristo de Burgos encontramos la iglesia de San Pedro, levantada sobre el solar de una antigua mezquita en 1379, de la que aún conserva algunos restos. Como reza un azulejo de su interior, en ella fue bautizado el pintor Diego Velázquez el 6 de junio de 1599. Además, cuenta con otro azulejo muy visitado por motivos bien distintos; y es que dicen que quien encuentra un pequeño jilguero en Las ánimas del purgatorio, una de sus obras cerámicas, deja la soltería…
La iglesia del convento de San Leandro, en la plaza de San Ildefonso, merece detener la vista en su retablo mayor, de estilo barroco. Data de mediados del siglo XVIII y se atribuye a Pedro Duque Cornejo y Felipe Fernández del Castillo. En su muro izquierdo se encuentra un retablo que fue contratado a Martínez Montañés en 1621, que realizó el relieve de San Juan Bautista, mientras que el resto de las imágenes son atribuidas a su taller.
No queremos olvidarnos de nuestro vecino templo de Santa Catalina, declarado Monumento Nacional en 1912. Suma ya 13 años cerrado al público debido a las obras de restauración, cuyo fin esperamos que esté cerca.
Evidentemente, nos dejamos atrás otros muchos ejemplos de la rica arquitectura eclesial que nos rodea. Pero ya iremos dando cuenta de ellos…