¿A ti también te pasa que cuando sales a comer fuera te gusta empezar con una tapa (media ración o ración) de jamón o chacina para ir abriendo boca? Sin duda, y lo decimos por experiencia, esta es una opción bastante extendida para el momento de mirar la carta y elegir el resto de tapas o, simplemente, para un picoteo rápido pero rico.
En El Rinconcillo, tanto el jamón como las chacinas que servimos provienen de las dehesas de Huelva y Extremadura, de ejemplares alimentados únicamente con bellotas. Por eso, podemos garantizar la calidad de la caña de lomo, el salchichón, el chorizo cular, el chorizo blanco y el morcón que servimos.
Ya se sabe, del cerdo “hasta los andares” o que el cerdo es “un olivo con patas” son frases que todos hemos oído alguna vez. Y es que, como ya comentamos, la proporción de ácido oleico en las grasas de la carne del cerdo ibérico producen un efecto beneficioso que propicia un aumento del HDL (colesterol beneficioso) y reduce el LDL (colesterol malo).
Además, en el caso del jamón ibérico, pedirlo en El Rinconcillo supone contemplar una escena que a muchos llama la atención y que no es otra que el corte que realizan los camareros a pulso, sin jamonero. Los motivos principales: aprovechar mejor el producto y cortarlo a gusto del cliente, como ya contamos en otro post.
Y, hablando de chacinas, no podemos olvidarnos del salchichón que, en este caso, es Riera. Otro producto muy apreciado por nuestros clientes. Ni de los quesos: el puro de oveja y el de cabra payoyo, muy demandados en la barra.
Si te ha picado el gusanillo del hambre después de leernos, ya sabes, una visita a El Rinconcillo y solucionado.