Seguro que no has visto ni uno ni dos, sino muchos trabajos de esta artista por las calles de Sevilla. Si has pasado por El Rinconcillo antes de abrir, ahí ya tienes varios que llevan su firma.
Nos referimos a Alexandra del Bene, creadora de las pinturas que aparecen en las ventanas de este establecimiento cuando echa el cierre. Entonces salen a escena las Bodegas Barbadillo, la botella de Tío Pepe, el interior de la barra de El Rinconcillo o una reproducción del cartel original de las Fiestas de la Primavera de 1929 que cuelga en una de nuestras paredes. Incluso, en uno de los cierres, Alexandra puso en práctica una de sus especialidades: el trampantojo, con un dibujo que muestra la zona del establecimiento que se ve cuando la persiana está arriba.
Según nos cuenta, para ella fue “un gran reto” decorar el exterior de El Rinconcillo. “Había muchas persianas que intervenir con un sentido lógico y agradable, capaz de resumir un poco la calidad, el amor por la tradición… y que, además, fuera un trabajo tan conseguido como para que los grafiteros vandálicos lo respetaran”.
Comenzó con el proyecto en invierno y consiguió terminarlo no sin dificultades: el frío que ralentizaba el secado de las pinturas, el tráfico de la calle, el bar abierto… “Pero al final la satisfacción fue tan grande que solo tengo bonitos recuerdos, ¡como los ricos bocadillos que me pasaban de la cocina!”.
Aunque es italiana, consigue imprimir a sus trabajos todo el sabor de esta tierra. Y es como ella misma explica, “la inspiración me la da la ciudad misma, su gente, sus tradiciones… Estoy enamorada de la ciudad y de todo lo que veo y aprendo a diario”.
Hoy tiene más de 80 murales, entre persianas y paredes, repartidos por toda la ciudad: el trampantojo de la calle Calatrava, los cierres de Casa Vizcaíno, Dos de Mayo, La Flor de Toranzo, Bodeguita Romero, la farmacia de la calle Marqués de Paradas… Y también ha dejado su impronta pictórica en Madrid y Costa Rica.
Como ella explica, llegó a Sevilla casi por casualidad, después de vivir en países como la India o Francia: “Mi hija no quería volver a Italia porque le había gustado el hecho de vivir en países diferentes y me decidí por España. Planteé dar una vuelta por Andalucía, pero cuando llegué a Sevilla, me enamoré de la ciudad y me quedé”. Y, por el momento, son varios los proyectos que aún tiene por realizar en ella, concretamente, uno en la Plaza del Pan, un grafiti en la pared de una vivienda dedicado a la fragilidad de los niños y una escultura de 2,5 metros inspirada en el amor a los hijos. Esperamos poder seguir disfrutado de su arte…